Como una finca cafetalera familiar, nos enorgullece mucho la calidad de nuestro café y el cuidado que ponemos en cultivarlo. Nuestra pasión por la cultura del café es profunda, y creemos que nuestro café no es solo un producto, sino una representación de nuestra herencia, nuestra comunidad y los sabores únicos de nuestra región, de dónde destaca una particular combinación de notas como chocolate, ciruela, miel y toronja.
Nuestra finca se encuentra en las altas montañas de Quetzaltenango, Guatemala, una zona reconocida por su clima e elevación ideales para cultivar granos de café excepcionales. Nos esmeramos por garantizar que nuestro café sea cultivado y cosechado de manera sostenible y ética, utilizando prácticas de cultivo amigables con el medio ambiente y apoyando a la comunidad local al proporcionar salarios justos y condiciones de trabajo para nuestros empleados.
En nuestra finca, nos enfocamos en producir el mejor café posible, desde el momento en que las plantas de café son sembradas hasta la última taza de café preparada. Nuestra atención al detalle y compromiso con la calidad se reflejan en cada paso del proceso, desde la cuidadosa selección de granos de café hasta el meticuloso proceso de secado.
Creemos que nuestro café es un reflejo de quiénes somos y en lo que creemos, y estamos orgullosos de compartir nuestra pasión por el café con el mundo. Esperamos que cada sorbo de nuestro café traiga un sabor de nuestra cultura y los sabores únicos de nuestra región a los amantes del café en todo el mundo.