Comenzamos este proyecto después de conocer el café en un cata para el premio a la calidad Oaxaca en 2014.
Desde entonces nos enamoramos del sabor único de esta región.
Al ser nuestro equipo de biólogos apasionados de la herbolaria tradicional, no tardamos en visitar al grupo de productores y al mismo tiempo explorar la región. En la primera visita pudimos fotografiar ejemplares de Salvia divinorum, planta sagrada mexicana. El entusiasmo y la voluntad firme de los compañeros del grupo, junto con su alto potencial en biodiversidad, nos comprometió desde un principio.
A lo largo del tiempo hemos catado año con año el café de cada uno de los 50 productores y productoras del grupo. Hemos impartido capacitaciones continuamente para mejorar la calidad. Así hemos llegado a construir pilas de fermentación adecuadas, secadores solares con camas africanas y establecer diferentes “recetas” para procesos experimentales de microlotes y lotes homogéneos de mayor volumen.
Siendo una región con un potencial de biodiversidad alto -pues tiene desde bosques de pino en la parte más alta y fría, pasando por bosque mesófilo de montaña con helechos arborescentes, bosque de gigantescas hayas, hasta selva mediana en la parte más baja y seca- desde un principio dicidimos buscar cómo pontenciar el valor natural.
Hemos capacitado a técnicos locales en la recolección de semillas nativas. Construímos un vivero de árboles nativos con los cuales hemos reforestado las parcelas del cafetal. Esto aumenta la biodiversidad nativa dentro de las mismas parcelas. Nuestro criterio es sembrar árboles altos y longevos como guardianes, evitando la erosión y aumentando la cobertura de protección; árboles medianos con diversos usos, maderables, frutales, productores de materia orgánica, etc; y árboles de crecimiento rápido que podamos constantemente para producción de materia orgánica. Todos los productores y productoras cuentan con su producción de lombricomposta orgánica para aumentar la fertilidad de los suelos y la salud de las plantas.
